Fiesta de la Serondaya

Fiesta de la Serondaya

Alrededor de la Manzana y de la Sidra, del Maíz y de las Castañas se conforman en nuestra tierra múltiples singularidades que queremos presentar, en sus principales manifestaciones culturales, reunidas en un acto público y festivo al objeto de dar a conocer algunos aspectos esenciales de nuestra historia, respondiendo así al espíritu y a los fundamentos de esta asociación.

Las pañadas, las mayadas, las espichas, las esfoyazas o los amagüestos  suponen congregación de vecinos quetrabajan y hacen del trabajo un disfrute, un motivo para el encuentro y para la fiesta, reunión de gentes que intercambian sentimientos y dan rienda suelta a su imaginación artística y todas sus emociones.

MANZANA Y SIDRA

Para los asturianos, Manzana y Sidra, son más que palabras y encierran en sí mismas dos tesoros de nuestra esencia como pueblo. Se trata de dos conceptos que evocan recuerdos de misterio, mágicos simbolismos, promesas de bienestar, garantías de salud y sentimientos de identidad y de permanencia. En definitiva, tradición, oficio y leyenda: gastronomía, cantos, dichos y refranes, juegos infantiles, mitos, supersticiones y manifestaciones musicales y artísticas.
Los lagares, y otros ingenios y artilugios referidos a la manzana y a la sidra, construidos demanzanas madera, deben ser objeto de estima y esmerado estudio por nuestra parte. Los duernos, los mayos, la prensa, el pie, las barricas, los corchos, las zapicas, las ferradas, el embudo y las palas, son algunos de los útiles relacionados de forma directa con la elaboración de la sidra.
A últimos de septiembre daba comienzo el periodo de la elaboración artesanal de la sidra. Toneleros y carpinteros ya habían puesto a disposición los útiles precisos.
En la recogida del fruto en las pomaradas (pañar) participaban todos los miembros de la familia (mayores, jóvenes y niños) y a menudo colaboraban los vecinos amigos en endecha. A las manzanas recogidas en la primera pañada se les llamaba manzanes del sapu (verdes, enfermas, picadas y algo podridas) y producían una sidra mala con sabor a verdín.
Preparados los mayadores, mozos de brazos fuertes, en grupos de cuatro, de ocho o incluso de diez, se colocaban a ambos lados del duernu y comenzaba la mayada. Las mujeres y los niños cumplían la misión de arrojar las manzanas al duernu ya seleccionadas. Todos a una y acompasadamente se iniciaba el ritmo de los golpes del mazu. La pulpa se iba depositando con las palas en la masera. La magaya iba creciendo y ya el primer mosto comenzaba a gotear. El cuadro del lagar, con las tablas y los pies derechos se va conformando. Varias personas, allanaban y distribuían la magaya valiéndose de palas de madera y calzados con madreñes o descalzos. La sidra dulce ya brotaba a chorros. Completada la llamarada se colocan los tablones sobre la pulpa y encima de ellos los marranos (cabos de madera) y comienzan los apretones (el proceso de exprimir la magaya) con la prensa de viga o de pesa. Durante varios días se prensaba lentamente y se realizaban varios cortes de la magaya, una labor pesada y trabajosa que requería fuerza y habilidad. La sidra se va trasladando a las pipas y a los toneles y comienza el proceso de fermentación hasta la fiesta o ritual de la espicha.

Durante la jornada que denominamos Fiesta de la Serondaya, pretendemos mostrar todos estos procesos de elaboración haciendo que los asistentes participen en la recolección, en la selección y la limpieza de las manzanas, en el mayado y en el prensado.

Para esta demostración contaremos con un lagar y con los diferentes útiles referidos al proceso de elaboración. Se entonarán canciones al efecto, se contarán historias y leyendas y se beberá en verdadera comunión la sidra dulce resultante de los diferentes prensados. Manzanas

 

 

MAÍZ

Esta planta exótica que impone prolijos afanes y requiere alternancias especiales de sol y agua en su cultivo, ha sido codiciado cereal en la economía tradicional asturiana. La recolección, el secado en los hórreos, las esfoyazas, les farines, la borona o la molienda nos refieren hábitos arraigados en nuestras tradiciones.
La panoya, los tarucos (para el combustible), les fueyes (para mullidos y colchones) y los narvasos (como alimento de las vacas) son palabras que nos trasladan a actividades esenciales en las economías familiares de nuestros pueblos.
La esfoyaza (también llamada esfueya o esfoyón) denomina una reunión de vecinos celebrada con objeto de deshojar y enristrar les panoyes (mazorcas) Este trabajo comunitario tuvo gran importancia en la vida campesina.
Antes de comenzar la esfoyaza se forman varios montones con les panoyes, y se colocan en diferentes lugares de la sala los esfoyadores y los enriestradores. Se arrancan todas las hojas de la panoya excepto las tres o cuatro más flexibles y resistentes. Aquellas que quedan sin hojas o son más débiles servían para alimento del ganado. Cada enriestrador elegía a una moza como apurriora y ésta le iba dando panoyes en pequeños piños para que los fuera tejiendo con haces de tallo de vilorto o espadaña, estableciéndose competición por ver quién hacía la riestra más fuerte y más larga, suponiendo un deshonor  el que se rompiera al ser colgada.
Entre bromas y cantares discurrían estas tareas comunitarias.
Finalizada la elaboración de riestras, éstas se colgaban en las solanas de las casas o en los hórreos y paneras, o en los corredores.
Como remate de la esfoyaza era frecuente el disfrute de la garulla (convite que los dueños de la casa daban a todos aquellos que habían ayudado)
Durante la jornada Serondaya intentaremos reunir banastas de panoyas con el maíz sembrado en los pueblos para este propósito. Organizaremos una esfoyaza intentando representar aquéllas que fueron tan importantes en la vida de nuestros pueblos. Reuniremos dichos, cantares y anécdotas que presentaremos a los asistentes para disfrute y rememoración de este acontecimiento tan singular. Intentaremos realizar moliendas del maíz con molinos artesanales y elaborar en directo los diferentes tipos de alimentos, como la boroña o los tortos.

Maíz

CASTAÑAS

La alimentación básica del pueblo asturiano estuvo constituida durante mucho tiempo por castañes, fabes, leche y boroña. Sólo la aparición del maíz y de la patata hizo descender en nuestro país el consumo de las castañas.
Existen diferentes tipos de castañas, como las valdunas, zapatonas, regoldonas o bravas.
En razón a la forma en que pueden ser degustadas se denominan mayuques  o secas o pilongas o maduras. Son cañueles las que por su alto grado de madurez se han salido del oriciu.
La recolección de la castaña y su consumo dio lugar a un gran número de fiestas populares, la mayoría de ambiente juvenil, que merecieron incluso la reconvención de las autoridades religiosas.
La fiesta era la del amagüestu, o sea la fogata que se hacía en el campo para asar las castañas. Mozos y mozas celebraban el festín con sidra y con leche (ésta última para remojar las castañas calientes) Suponía una oportunidad más para el encuentro entre gente que vivía dispersa por los caseríos y las quintanas.
La fiesta se animaba con la picantela o pique, canciones alusivas a lugares comunes o a relaciones amorosas.
En este día de la Fiesta de la Serondaya estarán presentes las castañas, recogidas en los castañeros que rodean el Valle de Cuna y Cenera, que se asarán en los tambores de antes sobre fogatas que nos transportarán a otras épocas. El amagüestu servirá para recordar faenas, para reunir canciones y coplas y para bailar danzas primas alrededor de las fogatas.